Gustavo Bazterrica, recordado guitarrista de la agrupación Los Abuelos de la Nada, está pasando por un momento muy delicado en su vida. El rockero argentino, quien también formó parte de La Máquina de Hacer Pájaros y La Banda de Spinetta, fue encontrado viviendo en la calle.
Pero, en su peor momento, se le cruzó un hombre de buen corazón que pudo ayudarlo. El joven Emiliano Bustos no dudó en acogerlo en su casa. «Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos», narró Bustos.
«No sé por donde empezar. Me crucé hace unos días con este señor en un cajero automático, llegó en un remise y al toque me di cuenta que tenía problemas motrices. No se podía casi ni bajar del auto, lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero. Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse empezamos a charlar», contó en su cuenta de Facebook.
«Le dije que le veía cara conocida y me dijo que era nada más y nada menos que Gustavo Bazterrica. Eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada», agregó.
El mismo muchacho contó que días después Bazterrica publicó en su cuenta personal de Facebook que no tenía en dónde vivir y necesitaba apoyo.
«Necesito ayuda. Buenas noches. Debido a diferencias irreconciliables con mi expareja, me encuentro, al día de la fecha, sin hogar. Necesito un lugar de tránsito hasta que salgan mis papeles de la pensión. Por favor, necesito ayuda», escribió un 28 de diciembre. «Debido a mi situación de calle, me han robado el teléfono, estoy incomunicado», aclaró pocos días después.
Emiliano Bustos siguió contando: «Fui uno más que se sumó a ese pedido [comentando la publicación], y no sé por qué entre tantos ayer en la noche me llegó un mensaje suyo renovando su pedido de ayuda. Así que me puse a su disposición y lo traje a mi casa».
«Estamos en casa charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Más que hablando escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias».
«No lo hice porque es el vasco Bazterrica. Porque cuando lo ayudé no sabía ni quien era. Lo hice porque algún día todos vamos a tener 66 y la vida nos pasa factura a todos. No lo tomo como una molestia o una carga. Sino como un aprendizaje, y un favor a este hombre y a la vida. Porque tarde o temprano todo vuelve, todo llega y todos vivimos lo mismo que el otro», concluye Emiliano Bustos.