¿Te suena el nombre Dale Crover o Chad Channing? Tal vez no, pues ellos fueron solo dos de los bateristas que conformaron Nirvana. Precisamente Channing es la persona que dejó la agrupación en 1990 para dejar una vacante que ahora tiene nombre y apellido de leyenda: Dave Grohl.
Sí, Grohl no fue el primer baterista de la banda, pero fue el último, el que plasmó un estilo particular y distintivo en su instrumento, un sonido sinónimo del grunge, idóneo para el grupo. Es por eso que Dave Grohl es considerado como el baterista definitivo de Nirvana.
«Soy el rockero más afortunado del mundo»
Después de que se disolviera la banda donde Dave tocaba, Sream (1986 – 1990), fue invitado a participar en Nirvana gracias a una banda amiga en común, Melvins, ya que coincidieron en un concierto de esta última. Y así es como inicia las primeras líneas de una nueva página en la historia de la música.
Si queremos ser precisos, la historia que todos conocemos empezó el 25 de septiembre de 1990, día que tomó oficialmente el puesto de baterista de Nirvana. Pero el día que todo fanático recuerda -hasta el mismo Dave Grohl- es el 11 de octubre de ese mismo año, fecha en el que acompañó por primera vez en escenario a Kurt Cobain y Krist Novoselic en el North Shore Surf Club, en Olympia, Washington.
Definitivamente el ingreso de Dave hizo un punto y aparte en la historia de la agrupación, fue el tercer pilar que necesitaban para consolidar su estilo. Siempre se recordará ese primer disco en el que participó, Nevermind, álbum que los catapultó en la industria de la música y que dejó un hito en la historia del rock.
Ahora, 29 años después, podemos disfrutar aún de su talento como líder de Foo Fighters, proyecto que inició luego de la muerte de Kurt Kobain en 1994, pero con canciones que escribió durante su estancia en Nirvana, composiciones que nunca se animó a enseñar a los demás integrantes.