«Para un artista que no ve su banda como una empresa le va a ser difícil tener éxito en las épocas que nos toca vivir.»
Aparentemente la gira Sudamericana de los Rolling Stones ha causado bastante revuelo por todas partes, desde los costos para las entradas hasta la selección de bandas locales para abrir los shows. Varias personas han preguntado mi opinión y bueno; con respecto a los costos: es necesario invertir para llevar un show como el de ellos que de por si es increíble.
Cuando estuvimos trabajando en su álbum «A Bigger Bang» aprendí muchísimo. Uno aprende diferentes cosas de todos los proyectos en los que uno trabaja, técnicas de ingeniería, producción musical, psicología para lidiar con los artistas, juez y policía para separarlos cuando discuten y se arma la de «Dios es Cristo», etc. De ellos lo más notable era su profesionalismo y como funciona una banda de verdad, una banda que ha sobrevivido a todo por más de 50 años, y la verdad es que si un artista no ve su banda como una empresa le va a ser difícil tener éxito en las épocas que nos toca vivir.
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Podría contarles tantas historias: desde conversar con Mick acerca de su viaje a la selva peruana (con lujo de detalles), hasta ver por primera vez en 15 años a Mick y a Keith cantar juntos a la vez en el mismo micrófono. Pero realmente lo que me llamó la atención fue el trabajo, su manera de trabajar. En el estudio D de Henson estábamos Krish Sharma mezclando, Don Was produciendo y yo como segundo ingeniero. Mientras tanto en el cuarto en vivo desfilaban técnicos preparando la gira para ese disco y a la vez empacando todo para viajar a Canadá y meterse un mes a ensayar el show en un almacén donde estaban construyendo el escenario.
Mientras tanto, en el cuarto de control, acudían cada día artistas diversos que venían a visitarlos, managers, y amigos cercanos de la banda. Aún así con tantas personas caminando de un lado para otro no se obstaculizaba el desarrollo de las mezclas porque hasta las amistades eran unos pros y conocían la etiqueta o protocolo del estudio. Todo era una máquina, hasta para pagarme, recuerdo que enviaba mi factura por fax (sí, dije fax) a su empresa de contadores en Holanda un lunes y para el jueves tenía el cheque en mi buzón de correo en LA.
Daba gusto ver que tenían gente profesional trabajando para ellos asegurándose de su éxito, pero en el fondo no era así. Si uno ve conciertos de ellos con Ron y Keith en las guitarras pareciera muchas veces que los dos estuvieran tocando primera por su cuenta pero a la misma vez, y es que en vivo hay un swing distinto a lo que son las grabaciones en estudio y me preguntaba con tanta «comunicación o diálogo musical» como pueden mantener la estructura tan pareja del sonido de los Rolling.
En el proceso me di cuenta que el mayor porcentaje de las guitarras (y casi todas las rítmicas) las graba Mick. Él se pone la banda en los hombros, y si bien todos tienen un nivel pro superlativo, Mick vive y se desvive por el concepto, el sonido y lo que es realmente los Rolling Stones, la esencia y cada detalle. Por eso es que todas las noches estaba presente en el estudio, hasta las 3 am, a sus 63 años en ese entonces, escuchando, apuntando notas, sugerencias, cambios, etc. Siempre sentado muy concentrado escuchando las mezclas, casi sin inmutarse, apuntando y con el pasar de las horas sabías que la mezcla ya estaba en su punto cuando sentado en la misma silla, bailaba, así como estamos acostumbrados a verlo, haciendo muecas como matándose de la risa.
«No es la gente en su entorno que los hace grandes o exitosos, son ellos mismos, su líder, sus talentos, son ellos los que se aseguran de tener el equipo correcto trabajando para ellos.»
Es así como se hacen realmente las cosas, con mucho trabajo, sin alucinarse tanto y con un equipo igual de profesional que ellos. Siempre los uso como ejemplo, y si Mick a esa edad y con todo el éxito que han tenido sigue trabajando para mantener el estándar, ¿porqué las bandas nuevas y las mismas ya establecidas no pueden hacer lo mismo?, deben hacer lo mismo. Tienes que apostar a ti mismo, a tu carrera musical, en tu arte, en tu trabajo. Cualquier cosa por debajo de eso, sería mejor darle el espacio a las bandas que si quieren ser profesionales. He visto diferentes bandas abriendo sus shows en esta gira, y por diferentes motivos.
En Colombia, mucha gente se queja de Diamante Eléctrico, que no tiene esto o que no tiene lo otro, mientras que en otros países la elección fue por «la rosca» o «argolla», por ser la única banda con un nivel alto musical, o simplemente por ser la banda de rock más antigua en esa ciudad a pesar de no tener una presencia constante, etc. Diamante Eléctrico es una banda joven que aún está en proceso de aprendizaje en producción y sonido, pero que viene trabajando con profesionales y siempre apuntando a levantar su nivel, ya ganaron un Grammy latino y eso muestra que están haciendo las cosas bien, que realmente su trabajo (de la banda y de su equipo) está dando resultados y ¿qué mejor que ellos para abrir un show de una banda igual de trabajadora?. Necesitamos apoyar a esas bandas, las que se dan cuenta de que en el 2016 ya no compites con las bandas de tu barrio sino con todas del mundo ya que todo está globalizado. Necesitamos apoyar a esos artistas que invierten en su arte, que arriesgan ya que saben que nadie lo va a hacer por ellos, a los que tienen la visión de buscar nuevos medios, nuevas plataformas para llegar a todas partes, esos artistas sí valen la pena para abrir conciertos de tal magnitud. No es un favor, no es la argolla, es un premio al esfuerzo de un trabajo bien realizado y que espero les sirva para aprender de esos monstruos.
«Puedes ser solo «el telonero», el artista que el público espera que se baje mientras come algo o trabajar realmente todo tu potencial aprovechando esta oportunidad para convertirla en un trampolín para logros futuros»
Finalmente, esta oportunidad, más allá del gran beneficio económico para la banda local, puede suceder de dos maneras. La primera es que no inviertan en su show, desde la puesta en escena, la selección de los temas, la coreografía, la intensidad del show y los equipos de sonido y luces (porque la mayoría de promotores no lo hacen), y de esa manera la banda termina siendo tan solo «el telonero», el artista que el público quiere que se baje ya o simplemente los oyen mientras comen un sandwich. La segunda es que realmente están ahí y trabajan todos esos elementos y todo el mundo los va a aceptar y esta oportunidad se convertiría en un trampolín para mayores logros futuros.
Cuando los vi por primera vez durante la gira del Voodoo Lounge, Seal, abrió el show en el Oakland Arena, él venía de tener mucho éxito con su nuevo sencillo «Crazy». Pero la intensidad del show de Seal no cumplió con las expectativas del público de los Rolling y pasó muy desapercibido. Tienen que recordar que el público esa noche no es su público, es el de los Rolling Stones, así que denle con todo, no se guarden nada, aprovechen de la experiencia del management de ellos, de sus técnicos, de cada uno de los músicos, que no sea solamente algo más para poner en el feis: le abrimos a los Rolling, que sea el comienzo de grandes y mejores conciertos de esa banda local hacia su internacionalización.
Escrito por Germán Villacorta, productor musical e ingeniero de sonido radicado en Los Ángeles. Tiene su propio estudio Dynamic Wave Studio donde realiza mezcla y masterización. Ha trabajado con artistas de la talla de Ozzy Osbourne, Alice Cooper, Lynch Mob, Shark Island, Black Label Society, Meshuggah, M.A.S.A.C.R.E, Lynch/Pilson, To/Die/For, TBCB y Krönös entre muchos otros.