El 16 marzo de 2020, Perú se paralizó. Un anuncio trasmitido por televisión nacional un día antes indicaba las nuevas normas en las que viviría el país debido a la pandemia del covid-19. Una de las más drásticas fue la implementación de una cuarentena general, suspendiéndose todo tipo de actividades, menos las de primera necesidad como el transporte, el abastecimiento de productos para el hogar y, por supuesto, el servicio de salud.
Ese fue el preludio de una triste agonía, donde la economía se iba resquebrajando a tal punto que miles de personas se quedaron sin empleo y otros tuvieron que reinventarse para sobrevivir. Tanto el sector formal pero sobre todo el informal sintieron los efectos de esta crisis que aún no da señales de acabar.
Con el pasar del tiempo todo se fue normalizando y parecía que poco a poco el país se iba estabilizando, por lo que empezaron a abrir centros comerciales, restaurantes y la actividad comercial volvía a recuperarse de tan golpe duro que recibió. En ese contexto, los conciertos fueron contemplados dentro de esta reactivación económica y muchos de ellos ya se han llevado a cabo desde fines del año pasado.
Sin embargo, el 26 de enero de 2021, el presidente del Perú, Francisco Sagasti, ha indicado que Lima y otros 10 departamentos del Perú enfrentan una segunda ola de contagios, por lo que la cuarentena regresará como en los primeros días de la emergencia sanitaria. Eso significa que cerrarán centros comerciales, restaurantes (funcionando solo el servicio de delivery), y obviamente los conciertos, perjudicando aún más uno de los sectores que más se ha visto afectado por la pandemia.
En esta nota trataremos de analizar el panorama que vivirían la industria musical de cara a esta nueva cuarentena, medida que es el resultado de un mal manejo tanto del ciudadano como de algunas entidades estatales para contrarrestar la propagación de este virus.
La cancelación de todos los conciertos a mediano plazo (hasta nuevo aviso)
Desde fines del año pasado, se han ido presentando diversos artistas de la escena local peruana para deleite de sus seguidores. Rafo Ráez, La Nueva Invasión, Carlos Samamé (imitador de Gustavo Cerati de Yo Soy), entre otros, han realizado conciertos con un aforo reducido y respetando los protocolos de bioseguridad.
Sin embargo, con la llegada de este nuevo confinamiento es inevitable indicar que todos estos eventos se tienen que suspender de manera indefinida. Esto afecta principalmente a los organizadores y artistas, sobre todo de manera económica.
Esta segunda ola de contagios nos va a obligar a cumplir con lo promulgado para evitar volvernos vulnerables a contraer este mal y seguir proliferando esto, lo cual agravaría la situación que ya vivimos. Es muy importante seguir las recomendaciones para que de una vez esto se acabe.
Lo que podríamos proponer, en este caso, es que los artistas reciban también un bono como ya se ha venido haciendo con la población mas vulnerable, a que hemos visto que ellos también entren en el mencionado grupo debido a que viven del día a día o de sus presentaciones en vivo.
Cancelación de varios festivales ya anunciados
Esto va de la mano con lo anterior, ya que se vive en un ambiente de incertidumbre que no permite hacer planes a futuro por el momento.
Festivales como el Vivo X el Rock han anunciado que su nueva edición sería este año, programada para septiembre, luego de ser cancelada en 2020. Sin embargo, si la situación sigue como está, es muy probable que también se tenga de suspender hasta nuev aviso.
Esto es muy preocupante ya que indicaría que los organizadores estarían perdiendo dinero y tiempo, por lo que una subvención económica a este sector también sería lo ideal para no llegar, en una manera extrema, al siguiente punto.
Algunas productoras independientes podrían desaparecer
Este es un escenario extremo, pero si las cosas no cambian o no hay un plan de contingencia para poder tratar de amortiguar lo que se está perdiendo en este rubro, muchas productoras dejarán de existir.
A casi un año sin poder facturar, con un equipo detrás que trabaja para ellos, es muy difícil seguir manteniendo un negocio que aún no se ha abierto al público y que deba tener ciertos protocolos para funcionar como la reducción del aforo, entre otros.
No decimos que esté mal, al contrario, aplaudimos que se hayan incluido por un tiempo a este industria con todas las medidas de bioseguridad respectiva para llevarse a cabo y los conciertos que ya se han realizado son prueba de ello, fueron un éxito. Pero, como va la situación, esto recurría a gastar más y con la incertidumbre de que el evento sea cancelado.
Esperemos que esto no llegue a pasar. Es por eso que es responsabilidad de todos detener el avance del virus para que volvamos a a tener nuestra vida tan soñada antes de la pandemia, o algo parecido a eso.
La pandemia no acaba. Es nuestro deber seguir cuidándonos para que los casos bajen, o en el mejor de los casos, esto se termine. Esperemos que los siguientes días sean mucho más alentadores.