La muerte es el eje central de muchas culturas alrededor del mundo, solo ella es capaz de explicar el misterio de la vida misma. Es esa misma razón la que genera que sea venerada por tantos pueblos alrededor del mundo. Se le mira imponente, con miedo y desconcierto. Hay en ella algo que nos despierta curiosidad y nos atrae. En general, suele asociarse a emociones luctuosas y circunstancias trágicas pero hay quienes ven la muerte desde una perspectiva distinta, ajena a todo lo anterior. Existen quienes logran ver la belleza detrás de la concepción de muerte y todo lo que ella define.
En México, por ejemplo, durante la tradicional fiesta de los muertos, se celebra a la muerte misma como figura. A pesar de lo tenebroso de su apariencia, la Santa Muerte no es un ser al que haya que temerle, por el contrario, se le trata con respeto y sinceridad, se le piden cosas positivas. Su sombría imagen en realidad representa todo un festejo lleno de colores, sabores y mucha alegría.
Este es el concepto detrás de Santamuerte, una banda de Rock & Roll ecuatoriana que ha tomado estos valores del culto popular mexicano para expresarlos a través de su música. A simple vista podría parecer que debido a su nombre, líricas e imagen son una banda lúgubre, sin embargo, basta con oír El blues de la muerte para sentir una energía jubilosa recorrer el cuerpo y ese ritmo jaranero que invita a seguirle el compás.
Es cierto, la muerte es un tema recurrente dentro de su propuesta y lo saben explotar muy bien, lo suficiente para brindar una atmósfera especial a cada tema. En realidad muy pocas bandas en Latinoamérica se atreven a explorar temáticas específicas, a aprovechar sus recursos estéticos o trabajar enteramente bajo esa concepción y salir victoriosos al mismo tiempo. Lo que hace especial a Santamuerte es que conjugan con habilidad el concepto, la teatralidad y el producto musical en un resultado de gran calidad.
Su primer disco, Letras de mi muerte, es esencialmente una mezcla de texturas que parte del blues, para luego adoptar sonidos propios del grunge, el rock psicodélico o el rockabilly. En palabras de Juan Rojas, vocalista de la banda, se trató de un viaje a través de los fundamentos de estos ritmos que incluye no solo el sonido, sino las líricas y temáticas que aborda para así poder construir una base sólida que se ve reflejada en el resultado final del disco, ya constituido como un todo.
Naturalmente, no hay quién al revisar las raíces históricas del blues no se haya topado con Robert Johnson y la leyenda que gira en torno a su figura. Un guitarrista por el que nadie hubiera dado un centavo, se convierte -instantáneamente- en uno de los blueseros más innovadores de los años treinta después de hacer un pacto con el diablo. Grabó 29 canciones que dejarían tras de él un legado increíble y una influencia notable en los músicos que vendrían posteriormente. Esta oscura energía impregnada en la imagen del guitarrista influye en la propuesta musical de Santamuerte. Es por ello que a modo de homenaje, le envían allá donde esté, una versión de uno de sus temas más emblemáticos: Me and the Devil Blues.
Ecuador es un terreno difícil para hacer música, un contexto no muy diferente del resto de Sudamérica, sin embargo, los músicos no han dejado de trabajar y ofrecer productos de calidad. Es una lucha constante por crear una cultura y una industria artística activa. Santamuerte es el ejemplo perfecto de este esfuerzo.
Puedes escuchar el primer trabajo de la banda través de Spotify o de su canal en Youtube. El disco en físico o una edición limitada de la edición en vinilo a través de su web: www.santamuerte.ec. Puedes encontrar más sobre ellos en Facebook. Mientras tanto, para más música de calidad, sigue visitando nuestra web.