¿Por qué se conmemora el fallecimiento? ¿Es solamente para asegurar el eterno descanso del alma que partió? Por supuesto que no. En realidad, detrás de ello se oculta una motivo más egoísta y definitivamente más humano.
Johanna Watson, periodista musical chilena, recuerda desde su espacio en El Desconcierto lo que fue para ella el deceso de Gustavo Cerati, el vocalista de Soda Stereo. El impacto, el dolor y la nostalgia son sus protagonistas. En su historia seguramente está reflejada el sentir de sus coetáneos, que no solo tuvieron que sufrir la partida de un reconocido personaje, sino que fueron testigos de la muerte del ícono de su generación. En otras palabras, el fin de su generación.
«Fue días más tarde que me detuve a pensar en el trasfondo de su partida, cuando al ver la dolorosa escena del ataúd por TV, supe que algo en mi interior y en el de mi generación también se había ido», cuenta Watson y lo reconoce: la partida de Gustavo era el adiós de los 80, de aquella juventud latinoamericana que hoy se marcha y ni siquiera nos mira por última vez.