La noche del viernes 14 de abril, en el festival Coachella, algo increíble ocurrió. Un trío de señores ya entrados en años se reunieron sobre un escenario para revivir sus épocas de punks. Es cierto, jamás fueron los punks más duros y antisistema, pero alguna vez sí que mostraron una rebeldía que el mundo necesitaba, y entonces fueron llamados punks.
La formación de blink-182 pasó muchas cosas para ese momento: dos rupturas, un accidente de avión, una enfermedad a la piel, un episodio de cáncer y hasta un dedo roto. Y aun así lo lograron. Se subieron a un escenario los tres miembros clásicos después de casi 9 años.
Mostraron todo lo que habían llevado guardado ese tiempo, tanto su música como su típica irreverencia. La presentación incluyó sus más grandes éxitos, como «First Date», «The Rock Show», «Dumpweed», «Down» y «I Miss You». Durante la interpretación de esta última canción se dio uno de los momentos más emotivos. El público emocionado al escucharla empujó a Tom DeLonge, el hijo pródigo, al borde del llanto. Puedes ver esto en el video más abajo.
En las pausas, Tom y Mark Hoppus dialogaban entre sí como si nada hubiera pasado. Como si todos esos contratiempos mencionados antes solo existieran en los recuerdos en los fanáticos. Eran los mismos mejores amigos adolescentes que hablaban estupideces y vulgaridades sobre un escenario en los 2000. El público supo agradecer esta dinámica y completaron una noche de redención.
La presentación cerró con los megaclásicos «All The Small Things» y «Dammit». El poder de estos dos crearon un túnel de gusano que por un momento trajo de regreso la época dorada del pop punk. Una época no mejor, pero sí con algunas cosas mejores y otras peores. Las personas, que somos tan convenidas, nos solemos quedar con lo bueno. Por ello, cuando esta ilusión se levantó todos estaban complacidos.
Sin embargo, tuvo que acabar. Y cuando así fue no hubo marcha atrás. Culminó la primera presentación de blink-182 tras su regreso triunfal. Esperamos que las fechas pasen lo más pronto posible y podamos verlos por estos lares con la misma energía y emoción que ayer. Solo pedimos nuestro propio viaje en el tiempo.