El resurgir de una nueva escena latinoamericana ha dejado más de una banda para tener en cuenta. Algunos llegan y otras se van, es el ciclo natural de la música y el precio de no poder estabilizar todos los aspectos que engloba la industria musical.
Un claro ejemplo de cómo ganar popularidad por tu calidad es el de Niños del Cerro, banda chilena que empezó por el 2014 y que hoy en día con dos álbumes en el bolsillo han puesto a un lado el rol de banda revelación para consolidarse como una de las agrupaciones más importantes de la música chilena y de Latinoamérica.
En esta oportunidad, tuvimos el agrado de compartir una pequeña charla con su vocalista, Simón Campusano, a quien le consultamos inevitablemente sobre la coyuntura y su manera de lidiar con el confinamiento. Pero no solo le preguntamos sobre eso, sino que en una larga y amena entrevista, Simón nos contó su relación con la cultura sudamericana, la inspiración que toma de sus experiencias a la hora de componer e incluso se animó a recomendarnos algunas bandas que no podemos dejar de tener en cuenta durante estos días.
En estas épocas de confinamiento donde la industria musical ha sido golpeada por la crisis que se ha dado en todo el mundo, ¿cómo lleva el aislamiento Niños del Cerro?, ¿cómo ha sido este proceso de distanciamiento para la banda?
Hemos estado en contacto, pero por medios como videollamada y así. Nos pilló justo en plena promoción de nuestro nuevo EP ‘Cuauhtémoc’, que salió también en cuarentena. Por lo menos acá en Santiago, apenas había iniciado la cuarentena y ya teníamos programada la salida del EP, y dijimos «bueno, que salga de todas formas»,. Sentíamos que sumaba más y después hicimos el lanzamiento virtual, que fue una bonita oportunidad para explorar cosas que nunca habíamos hecho y que en circunstancias normales, jamás hubiéramos realizado. Todo el contenido y el material de horas sobre la banda lo hemos estado estructurando y armando, ha sido una manera muy creativa de sobrellevar la cuarentena. Aparte de eso, ahora también tenemos nuevos temas que no hemos podido ensayar (suspiro), así que estamos esperando un poco a que las cosas se descongestionen, ya que todos vivimos en Santiago, pero en comunas distintas, un poco más periféricas. En mi caso, yo soy el que está más cerca del centro, pero como todos estamos tan distanciados, hace que el reunirnos sea más difícil.
También tuvimos que desalojar nuestra sala de ensayo para no seguir pagando todos estos meses que no hemos podido ensayar, entonces por ese lado ha estado muy difícil. Todos nuestros planes de promoción se han visto cortados y hemos tenido que ingeniárnosla para solucionar algunas cosas, como en el lanzamiento del EP, aunque aún nos mantenemos con la incertidumbre sobre lo que vaya a pasar de aquí en adelante, siento que lo único que nos queda es pensar en hacer música nueva, más que pensar en giras o festivales, cosa que el año pasado nos costó varios dolores de cabeza. Creo que es algo refrescante en estos momentos, volver a los inicios de la banda donde lo único que importaba era hacer música.
En un aspecto más personal, ¿cómo ha sido este cambio tan abrupto? Luego de tantos festivales y estar en constante movimiento, debe haber sido algo muy duro estar en un confinamiento que parece ser de nunca acabar.
Lo hemos tomado bien. Creo que hemos encontrado formas buenas de subsistir, en lo personal, he estado un poco metido en dictar clases particulares de música y ahora que la gente está casi todo el tiempo en su casa, hay mucho más tiempo para ese tipo de actividades recreativas. Pero aun así es algo difícil, he aprovechado este tiempo para componer en proyectos alternos a la banda, aunque sí se extraña los escenarios, sobre todo por el ritmo que teníamos nosotros de estar tocando constantemente. En el último verano no tocamos mucho, pero con mi proyecto solista tuve una gira muy extensa al sur de Chile. Estuve promocionando mi álbum ‘Brillo’ solo con mi guitarra, estuvo muy lindo, conocí harta gente y me quedaba en casa de algunos amigos, es algo que se extraña mucho.
Yendo un poco más hacia el inicio de su carrera y su álbum debut (‘Nonato Coo’), ¿cómo fue el proceso de creación de este álbum?, ¿en algún momento sintieron la obligación de imitar las tendencias que venían pegando en Latinoamérica?
Con el Nonato Coo siento que fue todo lo contrario. Recuerdo con mucho cariño esa época, fue justo ahí cuando nos salimos de la escuela con Pepe Mazurett (el baterista), ambos estudiábamos música en la Universidad ARCIS que quebró y que pertenecía al partido comunista de Chile. Siempre fue un desastre en términos administrativos y finalmente se cerró por completo en 2016, pero nuestra escuela (la de música) cerró en 2014.
La noticia en ese momento la tomamos por el contrario, fue como «por fin tenemos tiempo para dedicarnos a la música», yo me sentía muy agobiado con la carrera y ya no tenía la seguridad de querer continuarla. Era mi tercer año y me sentía cansado, quería explorar un poco más en mis proyectos y la noticia nos vino en un muy buen momento, ya que la banda venía de un par de meses tocando de una manera “más seria”, proyectándolo más como un trabajo. En el momento en que nos salimos de la universidad tuvimos todo el tiempo para hacer el primer disco y fue una época de harto aprendizaje, teníamos harto tiempo libre también, otras preocupaciones, estábamos más chicos y claro, lo recuerdo con mucho cariño. La propuesta estética que se armó en ese disco, como carta de presentación, fue algo que tomó mucho tiempo de hacer y en vez de armar algo premeditado o diciendo «vamos a imitar a otras bandas». Sentíamos que habían ciertas tendencias entre la escena que aún no se había armado en Santiago, que también es parte de la historia. Cuando salió este álbum ya había una escena que se había formado entre 2015 y 2016, bandas con las que todavía compartimos tocatas.
Pero previo a todo eso, no estaba pasando nada muy interesante, entonces nosotros teníamos ganas de proponer algo nuevo. Me acuerdo que había muchas bandas que estaban muy metidas en el shoegaze o tratando de copiar bandas gringas y nosotros nos reíamos de eso. Nosotros queríamos hacer nuestra versión de eso mismo, pero que tuviera más identidad y carácter, sentíamos que todo lo que sonaba en esa época era genérico y ese también era el espíritu de las bandas que aparecieron de esa camada.
No se sentían representados por esos géneros musicales…
¡Exactamente!, es que antes de que salgan todos estos discos, antes de que salga por ejemplo el ‘Temporada’ de Patio Solar y el ‘Nonato Coo’ que salió el mismo año, antes de eso, la moda era imitar a las bandas gringas, incluso habían bandas cantando en inglés, cosa que a nosotros nos parecía súper ridículo. Entonces, claro, nosotros no inventamos la dinamita ni mucho menos, sino que se nos ocurrió hacer algo que fuera más auténtico y que hablara más de nosotros mismos que de cualquier otra cosa. Algo más sincero y menos pretencioso, creo que eso es lo que define harto a las bandas de ese momento, como que era todo lo contrario a ser pretencioso, era simplemente ser uno mismo y darle un valor a eso. A tocar en el patio de la casa, tocar con los amigos, un poco lo contrario a lo que veníamos viendo en la escena.
Luego de la publicación de ‘Nonato Coo’ y ser considerados por muchos medios como la banda revelación de aquellos años, ¿se sintieron con la presión de lograr algo más en el siguiente disco?
Hmmm, creo que nunca nos afectó. Es una pregunta que nos han hecho antes y creo que nunca llegó a afectarnos en la dinámica interna de la banda, como que sabíamos que existía y nos daba un poco de risa porque para nosotros el ‘Nonato Coo’ tampoco era un disco tan bueno, entonces sabíamos que podíamos hacer fácilmente algo mucho mejor que eso. Algo que sonara mejor, canciones que estuvieran compuestas mejor. Sabíamos que podíamos hacer algo mucho mejor y siempre lo tuvimos super claro. Entonces por ese lado, como que no, nunca llegó a afectar la relación creativa que había en la banda. Como te decía, sabíamos que existía, pero nunca influyó en ninguna decisión, ni de hacer cierto tipo de canciones.
Por supuesto que existían las canciones del disco anterior como un parámetro para saber que podíamos hacer de ahí en adelante y eso nos sirvió para establecer ciertos márgenes estéticos y decir ‘«ok, esto es lo que sabemos hacer, esto es lo que nos sale bien», pero nunca ejerció ninguna presión sobre nosotros como «Ay, tenemos que hacer algo mejor, ¿qué va a pasar?» (risas), sabíamos que podíamos hacer un disco mejor y que iba a tener una buena recepción dentro del nicho que ya nos conocía. Ahora, lo que pasó después y cómo trascendió un poquito más allá de ese nicho, eso sí nos sorprendió bastante y el hecho de poder darnos casi el lujo de tener la oportunidad de viajar a distintos lugares de Latinoamérica como Lima, Buenos Aires, La Plata, Rosario, Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, no sé. Como que todo eso que vino después como el Primavera Sound nos tomó muy por sorpresa y lo recibimos con mucha alegría, pero claro, no estaban esas cosas en nuestra mente al momento de hacer las canciones.
En el proceso de la composición del ‘Nonato Coo’, la responsabilidad recaía más en ti, cosa que cambió en su siguiente disco ‘Lance’, ¿cómo se dio este cambio?, ¿ellos te lo dijeron o fue algo que se dio naturalmente?
Fue natural y fue gradual también, como que yo siempre quise que hubieran canciones de más miembros de la banda, me acuerdo que en la primera época, como en la pre historia de la banda, tocábamos una canción que era del Blondie, pero al final como que no la terminó y no la terminamos tocando, pero siempre estuvo abierta esa puerta y claro, en Nonato Coo me hice más a cargo de la producción general porque habían menos estímulos y todos como que, éramos más jóvenes y teníamos otras preocupaciones. Si bien Pepe y yo nos salimos de la universidad, la otra mitad de la banda que eran Blondie (bajista) y el nacho (guitarrista) seguían estudiando y tenían exámenes, qué se yo. Incluso en la primera época cuando íbamos a tocar fuera de Santiago, ellos llevaban su computador para hacer trabajos a la distancia y cosas así (risas). Entonces claro, era mucho más difícil congeniar en esa época, era difícil congeniar la energía para que fuera un esfuerzo más colectivo y eso gradualmente fue cambiando para cuando hicimos Lance ya que también entró un nuevo integrante que es Diego Antimán (tecladista) y él es una gran persona, un gran amigo con el que yo vengo compartiendo en la música hace años, no solo con Niños del Cerro, sino también porque él hace música electrónica, entonces también es una persona creativa que aporta mucho a la banda y Pepe también se hizo más a cargo con la batería, de sus roles en la producción, en un aspecto más técnico y en el aspecto rítmico.
Así como que cada uno tras el hecho de tocar tanto, asumió con más cabalidad su rol dentro de la banda y también de manera creativa fue así, ahora ya no solo ejecutaban las ideas que podían ser mías o de ellos, sino que también proponían cosas. Entonces fue una cosa gradual ya que ese espacio siempre estuvo abierto, solo que la energía era más dispersa en la época de ‘Nonato Coo’ y por eso como que no se dio tanto, pero en ‘Lance’ ya veníamos tocando harto y ya se había convertido en una especie de oficio que estábamos ejerciendo todos, entonces había más estímulos y una idea más clara de que si alguien ponía una idea en una canción, eso iba a tener una mayor repercusión en que más gente la escuche. Se formó una energía colectiva más fuerte desde ’Lance’ en adelante.
Una de las características más resaltantes de Niños del Cerro es su relación con la cultura Latinoamericana, hecho que se ha visto reflejado en el sonido tan particular que tienen sus canciones. ¿Cómo nace el interés por estos sonidos más silvestres y regionales?
Hmmmmmm, yo creo que es algo medio transversal en Chile, en nuestra generación y generaciones anteriores también, como que hay música en la que se nota más que en otra, pero sí, en Chile hay como una identidad bien fuerte en relación a eso. Por ejemplo, toda la música folklórica que se toca en Chile recoge cosas de toda Latinoamérica, no solo de Chile. Me acuerdo que cuando estudiaba se decía harto eso de que los argentinos tocan música argentina, como de la pampa o música andina, qué se yo. En cambio en Chile se toca música de todo el continente, como que las bandas más icónicas de esos estilos como Inti Illimani y Quilapayún e incluso Los Jaivas, recogen cosas de todo el continente. Yo creo que desde chico crecer con esos referentes y escuchar ese tipo de música que suena en todos lados de Chile, como que era algo que ya venía en nosotros y ya era una cuestión de madurez quizá darnos cuenta de eso. Obvio que cuando más chicos en nuestra adolescencia crecimos con referentes más gringos, como cuando uno aprende a tocar guitarra y le gusta más el rock, escuchando un poco más a Nirvana o AC/DC y ya en la adolescencia nos pegamos harto con el indie gringo o británico.
Siento que era una cuestión de tiempo para que uno madure y empiece a tomar a los referentes por igual, como cuando chico uno dice «no, estas son las bandas nacionales que me gustan y estas son las bandas de afuera que me gustan» y en un momento de mi vida veía como nos relacionábamos con la música y cómo eso empezó a cambiar y fue algo como «bueno, estos son todos mis referentes y todos tienen el mismo valor», como que los discos de Los Jaivas o de Violeta Parra son tan importantes para mí y mi formación como lo son los discos de Arctic Monkeys o de Animal Collective, no hay una separación y siento que nuestra generación tiene harto de eso. No sabría hablar sobre las generaciones más nuevas porque tienen otra relación con la música y como que a mí también me sorprende harto, me ha abierto la cabeza que las generaciones más jóvenes ya ni siquiera hacen diferencia entre los géneros, ahora les gusta la música en general, pero claro, a mí me pasó eso, en algún momento de mi vida me di cuenta de que en realidad todos los referentes eran válidos a la hora de escuchar música y a la hora de hacer música, con mayor razón. El reconocerse latinoamericano y decir «esto tiene tanto valor como la música que se ha escuchado siempre en todo el mundo».
En la actualidad, con la publicación de dos álbumes y lo que probablemente sea un tercer sello discográfico, es un hecho que la apertura hacia otros continentes sea cada vez más cercana. Mencionaste hace un rato su presentación en el festival Primavera Sound, ¿esto repercutirá en el sonido de la banda?, ¿cómo han tomado el reconocimiento de otras partes del mundo y ya no solo de Sudamérica?
Emmmm, no lo sabría decir. Más que apropiarse de cosas de las culturas que vamos conociendo, es como que en general son todas las experiencias que uno recoge en los viajes, independientemente de si viajamos a Concepción acá en Chile o si vamos a Guadalajara, o si tocamos en Barcelona. Como que es algo más de recoger experiencias y nuevos referentes de todos lados, más que una cosa tan consciente. Bueno, en el caso de ‘Cuauhtémoc’, pasa que tenemos una relación más directa con México y con Ciudad de México en particular porque es un lugar donde hemos pasado harto tiempo, donde hemos tenido la oportunidad de quedarnos más tiempo, conocer la ciudad y pasar a tener una relación más cercana que es lo que sería con cualquier vecino de un barrio. Entonces, claro, es más distinto cuando una viaja de manera natural y es más fácil empaparse de la cultura de cualquier otro lugar que quedarse en un super hotel y no salir de ese hotel como lo hacen las super estrellas de rock. Pero como ese no es nuestro caso, terminamos empapándonos de todo lo que vemos y de todas esas experiencias. Siento que funciona mejor de esa forma que de una manera más consciente.
Hablando un poco más sobre su relación con bandas compañeras como Protistas, El cómodo silencio, Patio Solar que hace un rato lo mencionamos, ¿cuál es la relación de Niños del Cerro con la escena musical de Latinoamérica?
En general, se ha creado una relación muy fraternal con el resto de las bandas, tanto de gente de otra generación como quizá puede ser el caso de Protistas, que yo escuchaba Protistas cuando estaba en el colegio y después hemos tenido la oportunidad de compartir mucho con ellos, incluso tocando fuera con ellos, en México recuerdo, muy buena onda. O tal vez con gente no tan cercana al indie o que ya no son tan cercanos al indie, sino que son más masivos como Pedropiedra o Gepe, artistas que hemos venido conociendo. Hasta las bandas de nuestro nicho, como en otras en la que nuestros integrantes tocan también, como es el caso del Blondie que toca en una banda que se llama Columpios al Suelo, Nacho toca en otra banda que se llama Los Animales También Se Suicidan, Pepe también toca con Chini.png, ex Chini and the Technicians que ahora tiene su proyecto solista, Diego por otro lado también hace música electrónica y está muy metido en esa escena, entonces es como que inevitable tener una buena onda con todos, todos tenemos ganas de echar a andar esta pequeña industria que se viene gestando en Chile desde los últimos veinte años, casi desde la vuelta de la democracia. Entonces, como que en general hay buenas intenciones y buena onda con todos.
Y esta buena relación que tienen con las demás bandas y artistas, ¿abre de nuevo la posibilidad de encontrar colaboraciones en sus futuros lanzamientos? Porque es algo que ya hemos visto en ‘Nonato Coo’ y ‘Lance’.
Claro, es algo que no lo descartaría. Lo más probable es que aparezcan más colaboraciones en el próximo disco que hagamos, como que para nosotros es muy natural finalmente terminar invitando a los amigos que están cerca. En el caso de las chiquillas que aparecen, Chini (Chini.png) y Martina (Martina Lluvias) que cantan en algunas canciones, es gente muy cercana a nosotros. No es como que diga «Mi manager llama al manager del otro artista y le dice “oye, te ofrezco una colaboración”», que ahora igual se da en toda esta onda de la música urbana en la que se juntan dos artistas para unir sus respectivas audiencias y tener un público mucho más grande.
Como una estrategia de marketing más que todo, ¿no?
¡Claro!, es más como una estrategia de marketing y en el caso de nosotros no es tan así, es mucho más sincero y si de pronto tengo ganas de colaborar con gente que en primer lugar, me cae bien y segundo, más importante, que me gusta su música. En un lado más personal, comparto harto con el Diego Lorenzini y hemos hecho más de una colaboración en realidad, y es más que nada por eso, porque admiro y me gusta mucho su música. Al igual que con Chini (Chini.png) y con toda la gente con la que hemos colaborado, esto nace más por una buena onda. Me gusta su música y me caen bien, me dan ganas de colaborar con ellos y es algo que va a seguir pasando mientras siga existiendo la banda. Y si yo sigo tocando solo también, seguiré colaborando con más gente porque me parece estimulante creativamente.
¿Qué es lo que se avecina para Niños del Cerro?, ya han publicado dos EP, ¿planean publicar más sencillos o ya está en su mente el lanzamiento de un tercer disco?
– Estamos planificando sacar algunos singles por mientras, unas cosas que tenemos guardadas, quizá algunas partes de las sesiones de grabación de ‘Cuauhtémoc’, canciones que se grabaron durante esas jornadas. Eso mientras seguimos preparando el nuevo disco, que creo que va a tomar más tiempo, ya que este año no se ha podido hacer mucho y yo creo que va a tomar una buena parte del próximo año. Entonces no sabemos cuándo es que vaya a salir. Seguiremos trabajando en música nueva y sacar estos pequeños singles mientras trabajamos en el próximo disco.
Para finalizar la entrevista, Simón se animó a contarnos un poco sobre la música que ha estado escuchando últimamente y nos recomendó algunos artistas que, sin duda, debemos tener en el mapa.
Sí, por supuesto. Hace poquito ha salido el disco de unos amigos míos que se llaman Frucola Frappé, que está muy muy bueno y que está disponible en todas las plataformas. El disco se llama ‘Lo Peor del Siglo’ y ahí tuve la oportunidad de cantar en un tema junto a Diego Lorenzini, a quien también les recomiendo escuchar, que ha estado sacando música en estos últimos meses, salió su disco el año pasado y aparte ha estado soltando singles todo ese tiempo que están muy buenos.
El viernes también sale el EP de mi amiga Chini (Chini.png) también, va a sacar su EP debut para que le pongan un ojo ahí y aparte he estado escuchando otras cosas como el nuevo disco de The Microphones, una banda gringa que me gusta harto, los he estado escuchando mucho y es un álbum de una sola canción que dura como cuarenta minutos y también el disco más clásico de la banda que se llama ‘“The Glow” Pt. 2.’ Y bueno, eso es lo que he estado escuchando últimamente. Hoy por la mañana volví a escuchar con mi novia el ‘Dutsiland’ de Mi Amigo Invencible, una banda argentina que me gusta mucho, un álbum que escuché harto el año pasado y que ahora he vuelto a escuchar.
Debajo te dejamos las recomendaciones que Simón nos dijo para que le des una checada.
Texto y entrevista por Italo Yamil.