Solaris Festival 2017: una fiesta de todos (y para todos)

Inició a las 4 de la tarde y desde ese momento los parlantes segregaron una amplia variedad de estilos: Mundaka, Adictos al Bidet, Catervas, Turbopótamos, Cecimonster vs. Donka, Barrio Calavera, Plug Plug, Olaya Sound System, Francois Peglau, Tourista, Los Filipz, Laguna Pai, Achkirik, La Nueva Invasión, Los Mirlos y Dengue Dengue Dengue. Todos como voceros de alguna identidad. Todos en algún momento comandaron las acciones del público.

Cada grupo, cada canción tuvo un aporte distinto pero igual de valioso. Esa fue -y esperamos que siga siendo- la fortaleza de este festival.

Al inicio no había aun muchas personas pero la energía de los que ya estaban supliría con creces el déficit de personas, por ello se explica el tremendo pogo que se armó cuando tocó Adictos al Bidet. Los coros que acompañaron a Mundaka y  a Catervas en sus respectivos horarios y el círculo de ska creado en la presentación de Turbopótamos.

Cecimonster Vs. Donka canalizó la efervescencia iniciada por sus antecesores y produjo el loquerío total en el escenario alternativo. El ambiente estaba ya lleno pero aun así la afluencia de personas seguía aumentando, Después Barrio Calavera, traduciría los movimientos en zapateos al tocar su famosa Cumbiamerican Rockers. Ellos de paso estrenarían la cumbia en el escenario principal, donde permanecería -con un leve respiro en la presentación de Tourista- hasta el final.

Olaya Sound System, haría su presentación justo después de Plug Plug (reggae fusión después de hard rock, genial, ¿no?), y develaría para todos los asistentes material de su nuevo álbum que según dijeron sería lanzado este año. La transición al otro escenario sería inmediato en donde esperaba el artista de triple nacionalidad Francois Plegau para iniciar los coros suaves y los movimientos lentos entre aquellos que a sus pies lo escuchaban cantar.

Tourista llegaba de otra presentación en otro festival y Rui Pereira, el vocalista, recalcó lo valioso de aquellos que se encontraban ahí en ese momento acompañándolos. Curioso fue el momento en que interpretaron Thaís;  que a pesar de que es una canción bastante lenta, la gente no tuvo problemas en bailarla, corearla estruendosamente y poguear (sí, po-gue-ar) con ella. Diversidad y libertad en su máximo esplendor.

La cuota de reggae la pusieron Los Filipz y Laguna Pai cada uno en un espacio distinto pero en un mismo nivel. Pocos diálogo que dieron tiempo a más canciones. Después Achkirik clausuraría el escenario alternativo, y el público con saltos y movimientos creativos lo despidieron. Ya se asomaba el final.

Contrario a lo que puede creerse, de las tres últimas presentaciones no hay mucho que detallar. Salió La Nueva Invasión con su ya clásica tema La Nueva Ya Llegó y desde ese momento la energía y el baile no dejaría el lugar hasta el momento en que se despidió Dengue Dengue Dengue. Los Mirlos en medio de ambos no serían poco resaltantes, hicieron disfrutar a muchos otros compañeros artistas que bajaron del palco para bailar con las personas que no más hace poco rato habían hecho gozar.

Al fin de cuentas y como resumen, fue una fiesta. Los artistas muy importantes todos ellos, juntos con los organizadores crearon el ambiente, y fue con el público, con aquellos que saltaron, gozaron, zapatearon, corearon, besaron, abrazaron que se hizo posible.

Cada grupo, cada canción, cada organizador, cada persona del público, cada mueca, cada paso de baile tuvo un aporte distinto pero igual de valioso. Esa fue -y esperamos que siga siendo- la fortaleza de este festival.

https://www.youtube.com/watch?v=1bXAFmzYUzo