Música, locación al aire libre, entre amigos o con tu pareja y hasta solo, lo importante era dejarte llevar por el ambiente. Podías llegar en auto propio, en transporte público, desde el viernes o desde el sábado, lo importante era llegar a tiempo para desconectarte un momento de lo bullicioso que es vivir en una ciudad para explorar otros ambientes donde la música cobra vida.
El festival Mar Abierto, la primera parada de una serie de conciertos realizados por Selvámonos, nos daba como especie de antesala de que seríamos testigos de un formato diferente de vivir conciertos previo a la llegada del evento principal que se celebra en junio en Oxapampa, una ciudad en la parte central del Perú. En esta ocasión el lugar elegido fue la playa Ojo de Sol, ubicada al sur de la ciudad de Chincha donde por tres días albergaría diversos artistas que —fusionando ritmos tropicales con beats electrónicos, junto al público asistente— formarían una atmósfera de fiesta en uno de los eventos más memorables del verano.
Pero primero lo primero, veamos. El lugar donde sucedería la magia esta vez fue al sur de Perú, en la región Ica, así que si venías desde Lima tendrías que pasar entre 3 a 5 horas en bus hasta llegar a alguna ciudad cercana al evento ya sea Chincha, Pisco, Paracas o Ica. Desde ahí ya se estaba viviendo una experiencia diferente al tener que viajar a otro lugar un poco lejos de casa para esta ocasión y un plus importante es que el festival estaba en una zona altamente turística por lo que los amantes de la historia o la adrenalina tenía mucho por ver previo al evento. Buena apuesta de la organización.
Ya en el evento nos daba la bienvenida un ambiente mismo de lo que debería ser un festival, una experiencia diferente. Un escenario que combinaba muy bien con la locación, zona de camping para que junto a tu grupo de amigos puedas disfrutar desde que despiertas hasta que duermas, cargador de celulares, stand de comida y bebidas, baños, asientos y hasta mesas de aspecto paradisiaco, todo en orden y en su punto.
El inicio de todo fue el día viernes 31 de enero lo cual muchos por la tarde comenzaron la travesía de llegar hasta el festival por lo que por partes se tuvo una cierta congestión vehicular en una parte de la carretera Panamericana Sur, aunque esto sumándole al tráfico limeño de todos los días no fue un impedimento para llegar con todo, menos miedo.
Día 01
La DJ peruana Pia Van O comenzó la velada con tech house para todos los asitentes los cuales comenzaron a improvisar los primeros pasos de baile como calentando la noche para el resto de los artistas que vendrían.
Shushupe fue la otra DJ que se presentó en esta primera noche donde mezcló cumbia amazónica, clásicos de la cumbia y chicha peruana con beats electrónicos lo cual sirvió como muy buen acompañante al ambiente acondicionado que rodeaba a todos. Lo mismo pasó con Qoqeqa, otro DJ que fusiona ritmos tropicales y que se presentó después de Shushupe, lo cual sirvió mucho de conexión como para no perder el ritmo.
A este punto de la noche muchas personas ya habían llegado a armar sus carpas y dejar todo listo para ponerse a bailar en toda la arena, otros optaban por cargar su celular y unos cuantos más buscaban saciar su hambre luego de estar viajando horas para llegar al festival. Todo iba quedado para el DJ más esperado de la noche, Tolinchilove.
Tolinchilove ya se ha convertido en un referente nacional como internacional, ya que ha tocado en varios países como Brasil, Ecuador, Colombia e incluso estuvo dentro del line up de Creamfields Chile, festival que no se realizó por motivos de las protestas que se suscitaron en 2019.
Desde las 2:00 a. m. hasta las 5:00 a. m. Tolinchilove no dejó que ni una sola persona se quede quieta. Al contrario, todos los asistentes —al menos lo que estaba en el «dance hall»— bailaban como podía. Si alguna vez escucharon que bailar es la manifestación de la libertad, pues eso es lo que se podía ver en ese momento, libertad.
Y así casi a los primeros rayos del sol terminó el primer día, aún faltaban otros dos días más para festejar.
Día 2
Comenzó desde muy temprano con una serie de actividades que la organización tenía presente previo antes del inicio de los conciertos entre los que destacan el hacer yoga en la playa, un taller de máscaras, uno de creación de instrumentos, etc.
La música arrancó al mediodía con Lima Sound System que empezó a mover los primeros cuerpos del día para después dar pase a Bomba Tropical, el proyecto bailable de investigación musical que rescata la memoria sonora de los géneros tropicales latinoamericanos más antiguos, para difundir su importancia histórica como documento y patrimonio musical.
Larah Nu fue la siguiente en la lista de poner a vibrar a toda la playa Ojo de Sol con su electrónica fusionada con ritmos latinoamericanos y hip hop. El siguiente fue Populous, DJ italiano que puso a todos a bailar con el sonido ya caraterístico de la fiesta, fusión.
Llegó quizás uno de los momentos más esperados de la velada, el escenario se estaba alistando para recibir a La Mentira de La Mente, el proyecto alterno de la popular banda peruana. Esta presentación se caracterizó por explorar las canciones de la banda desde un ángulo más electrónico sin el uso de batería o guitarra eléctrica, pero sí el bajo pero con mucha energía, la cual siempre está presente en la agrupación.
Los siguientes DJs que se presentarían sería DJ Raff, de Chile, y Le Marquis, de Francia, que pusieron a todo el mundo a bailar nuevamente calentando otra presentación esperada de la noche. A este punto toda la playa estaba en todo su apogeo, gente bailando, haciendo fogatas, bañandose en el mar, panorama ideal para una noche perfecta de música.
La presentación final de la noche estuvo a cargo nuevamente de Tolinchilove pero esta vez haciendo un b2b junto a Felipe Callado de Brasil. Ambos dieron la cuota de tech house ideal para terminar un día entero de fiesta, música y de diversión. Muchos de los asistentes cansados quizás de todo lo vivido fueron a dormir en sus carpas instaladas en la zona camping mientras que los más avezados duraron hasta las 5:00 a. m., cuando ambos DJs culminaron su presentación poniendo fin al día 2.
Día 3
La fiesta no acababa. Ya era domingo 2 de febrero, unos optaron por regresar a Lima, otros por bañarse en la duchas instaladas para seguir gozando del festival, otros optaron por conocer ciertos lugares turísticos aledaños al evento mientras que finalmente otros optaron por ir a limpiar la playa luego de varios días de fiesta.
Se notaba en la cara de los asistentes que los dos días anteriores fueron muy buenos pero que aun se debìan guardar energía para la estocada final, el último día de conciertos que a diferencia de los otros este solo duraría hasta las 4 p. m.
Solo dos artistas se presentarían en esta ocasión: Lima Sound System y Bomba Tropical los cuales darían la cuota final de música y asi cerrarían este evento que en un fin de semana completo puso a bailar a todos los veraniantes asistentes y que sin duda se quedaron una gran experiencia de cómo se vive un festival.
Ahora veamos un recuento de todo: lo bueno, lo malo y lo feo.
En retrospectiva
Lo bueno
Este evento desmotró que el público sí necesita y merece una verdadera experiencia festivalera. De todos los asitentes nadie se quejó por la ubicación algo inusual, lejana y complicada de llegar, al contrario, celebraron que el lugar haya sido escogido idóneo para la realización de este. Claro está a la par de la buena organización de Selvámonos que en su web publicó como llegar desde las ciduades aledañas al festival e incluso ofreció paquetes a precios justos que incluían traslados desde Lima, entradas y hasta hospedaje, toda una maravilla.
Otra cosa que hay que destacar es el concientizar a la gente a cuidar el medio ambiente mediante el uso de material reciclado que se usó en varias decoraciones del evento e incluso hubo un lugar donde podías depositar tus botellas de plástico y vidrio para su posterior reciclaje. Así mismo la mañana del domingo se empzó con la limpieza de la playa, algo que sin duda fomentó mucho más esto.
Finalmente destacar la buena señal que se tuvo en todo el evento y los talleres y actividades como yoga, creación de instrumentos, etc, pusieron el toque creativo y especial.
Lo malo
Si bien hay pocas -por no decir ninguna- cosas malas del evento sin duda hay decir que los que se quedaron en la zona camping si tuvieron ciertas incomodidades como el tema de los mosquitos que te picaban mientras dormías. Si bien es cierto que en lugares como la playa podamos encontrar este tipo de insectos lo cierto es que la organización en todos sus artículos de venta no incluyó a los repelentes por lo que muchas personas tuvieron que salir del evento para poder adquirirlo.
Otra cosa que hay que decir es que en pleno «tono» la cerveza se acabó e incluso el sistema de la app 2Yape» se cayó (o no funcionaba a altas horas de la noche) por lo que muchas personas se quedaron sin poder tomar un par de tragos mientras disfrutaban del evento. Claro que está para las personas que les gusta divertirse de esa manera, cada quien es libre, pero para quienes no este no fue un problema.
Lo feo
Para hacerla simple solo mencionar que el sistema de duchas para los asistentes fueron mangueras que estaban al aire libre lo cual era incómodo tanto para mujeres y hombres bañarse en esas circunstancias, sin contar que se cortaba el agua de vez en rato. Este es el único punto de lo «feo» que se vio y que hay que mejorarlo para futuras ediciones, despues por lo demás todo bien.
Conclusiones
El festival Mar Abierto nos deja a todos con un buen sabor de boca y esperemos que este tipo de festivales sigan realizándose. Es cierto que hay que mejorar algunos aspectos para que la experiencia sea completa de igual manera la intención es lo que cuenta y es por esto que quizas este evento sea uno de los mejores que se hayan realizado en este verano.