Para muchos, mencionar o escuchar el nombre de Kudai es un viaje inevitable a la adolescencia. Significa revivir aquella época turbulenta de flequillos largos, pulseras que asemejaban tableros de ajedrez y vestimentas negras. Sucede así porque la agrupación chilena se convirtió en un estandarte de la cultura emo allá en los años 2000. Cualquiera que se considerara una chica o chico emo, debía estar famirializado con ellos.
Hoy, claro, el mundo es otro. Ya pocos visten así y menos gente se encierra en su habitación para cantar «Tal vez» pensando en un amor no correspondido. Kudai ha perdido vigencia. Lo curioso: en parte es su culpa.
En agosto del 2009, se anunció que Kudai se tomaba un descanso. Y unos meses después se confirmaba su separación. Tuvieron que pasar 7 años para que se reencontraran; mientras tanto, el mundo había avanzado.
Sin embargo, los ídolos juveniles no piensan que sea algo definitivo. Ellos están dispuestos a dar la batalla antes de que muera para siempre la tribu urbana que los llevó al estrellato. Hasta el momento ya han hecho dos jugadas de su plan. Te las mostramos, a continuación.
Paso 1: «Sin despertar ni bajar de esta estrella fugaz»
El primer paso debía ser bastante certero y sutil. Vaya que lo fue. Kudai lanzó hace casi tres semanas una nueva versión de su tema más popular «Sin Despertar». «Aquí vamos, una vez y otra más. #Kudai2020», anunciaron mediante su Facebook y esperaron que la nostalgia haga lo suyo: más de 5 millones de reproducciones en YouTube hasta la fecha.
Un factor clave fue el videoclip. En él aparecen los miembros con su apariencia actual y se intercalan con fotografías de cuando eran más jóvenes y más emos. También se ven tomas de periódicos recordándonos la relevancia que gozó alguna vez el cuarteto.
Acá, una inyección de nostalgia.
Paso 2: el flequillo contraataca
En estos días de poca actividad muchos hemos sentido que volvíamos a aquella época adolescente en que andábamos solitarios y disconformes con el mundo. Sin embargo, a diferencia de esos años, ahora no tenemos la suficiente actitud como para combinar nuestras emociones con nuestra apariencia.
Conscientes de dicha situación, Kudai recurrió a la tecnología para ofrecernos una alternativa más amigable. Lanzaron un filtro con looks emo para que, al menos por un instante, podamos retornar al viejo flequillo, el delineador y los piercings.
¿Make emo great again?
La cultura emo tuvo un fuerte impacto en Latinoamérica. A pesar de contar con poquísimos representantes hoy en día, su influencia queda como huella imborrable en la música y en la vida de quienes alguna vez se indentificaron como uno.
«No es más que una etapa», decían los adultos y se equivocaron. Las costumbres de la adolescencia, aunque no se mantengan, tienen gran influencia en aquellas que adoptemos en las etapas posteriores. «Señala el comienzo de una búsqueda de la identidad y de un camino para darle un sentido a la vida y encontrar un lugar en el mundo», indica la UNICEF.
¿Podría ser que Kudai logre su objetivo de revivir este fenómeno de nuestra adolescencia? Veremos.