Es imposible negar que alguna vez hemos llevado un curso de filosofía, ya sea en el colegio, en la academia o en la universidad, y en donde hemos tratado cuestiones acerca de nuestra existencia o del porqué de las cosas que nos rodean como la naturaleza por ejemplo. La música es uno de los tantos elementos que la conforman, teniendo una función de existir y que nos acompaña día a día. Muchos son los grupos musicales que exploran diversos sonidos, componen verdaderos himnos de sentimientos, buscan el sentido de su existencia en un escenario y la entregan a miles de fanáticos en cada pieza musical. Prueba de ello es esta banda, la cual ha trabajado mucho para obtener la mejor muestra de naturaleza en cuanto al rock se refiere y tiene por nombre: SILVERSUN PICKUPS.
Formada en el 2005, esta banda oriunda de Los Ángeles, California, ha sabido abrirse paso en la escena musical con un sonido novedoso para este nuevo milenio, pero familiar para las antiguas generaciones comparándolos con el estilo de la mítica The Smashing Pumpkins. Tres producciones bajo el brazo avalan su reconocido crecimiento, llegando a figurar en importantes charts musicales como la Billboard, al igual que un disco de grandes éxitos para aquellos curiosos que recién se interesan por conocer a tal joya como es la banda liderada por Brian Aubert.
Para este año traen una nueva producción de nombre “Better Nature”, cuarto disco de estudio de la banda, estrenado el 25 de septiembre y que cuenta con diez canciones. Lanzado bajo su propio sello discográfico New Machine Recordings, es considerado como el trabajo más ambicioso y pretencioso del grupo, aunque de regular peso a comparación de sus trabajos predecesores por incursionar en los sonidos del rock pop y alejándose del territorio de la electrónica y el synth que exploraron en sus inicios.
Como primera impresión del disco suena“Cradle (Better Nature)”, canción que suma todos los elementos y la evolución creativa de la banda con un sonido más elaborado y mucho más electrónico. Destaca la fuerza con la que entonan los principales coros. Si alguna vez escuchaste al grupo en sus inicios, quizás te asustes al notar cuanto han cambiado.
Seguidamente, “Connection” invade el ambiente con un toque entre tierno y siniestro, sonando con una intensidad que varía entre el bajo constante, la voz alentadora y la guitarra con demasiado fuzz. En esta canción los Silversun vuelven al barrio con un estilo más rockero como el de sus primero trabajos. Continuando el ritmo, “Pins & Needles”destaca por la química de la voz melodiosa de Aubert y el riff inicial del tema, asimismo las percusiones envolventes y los difusos solos de guitarra terminan agradando al público más exigente.
Con un estilo más pausado, suena “Friendly Fires”, en donde destaca el uso de sintetizadores para dar ritmo y ambiente. Es importante resaltar los tonos altos y coros prolongados de Brian, lo cual convierte al tema en una pieza relajante y de gran fuerza. Sin embargo la emoción aumenta al hacer su ingreso “Nightlight” (primer sencillo promocional del álbum) y que muestra el cambio de rumbo creativo de la banda, sumando mayores efectos de sonido y coros que se complementan a la perfección con la guitarra. Sin duda, el tema más fuerte y recomendable del álbum.
A mitad del álbum llega “Circadian Rhythm (Last Dance)”, en donde sale a relucir la voz de la bajista Nikki Monninger, siendo uno de los principales atractivos de “Better Nature” y segundo sencillo promocional del mismo. A ello se complementa la voz andrógina del ya conocido Brian Aubert, siendo tan potente como siempre.
“Tapedeck” es de las canciones que ha tenido un buen tratamiento rítmico que bien podría recordar a la entrañable Radiohead de Thom Yorke pero que encuentra un punto clave entre la voz y el ambiente siempre presente, difuso, coordinado y evocador que Joe Lester (tecladista del grupo) crea con sus distintos emuladores, pianos rhodes y sintetizadores moog.
Otra de las destacadas del álbum es “Latchkey Kids”, armado por pinceladas de guitarra siempre presentes aunque a veces no dejan claro cuando salen de escena. Aquí la voz trata de encajar con variados elementos más allá de un riff constante o el ambiente dreamy o grunge recurrente en los primeros discos de la banda.
El penúltimo track se denomina “Ragamuffin”, el cual puede confundir al oyente por parecer un remix de alguno de los temas ya escuchados, pero en sí es otra pieza clave para entender que Silversun Pickups viene explorando un sonido diferente, abordando lo místico pero manteniendo los tonos andróginos de Brian Aubert y una notable mejora en el bajo, los teclados y la batería, sonando de manera mucho más consistente que en las producciones anteriores.
Para terminar la jornada suena “The Wild Kind”, composición que recupera el sonido más tradicional del grupo, afirmando que la intensidad musical sigue ahí y que este sonido seguirá reinventándose en pro de atraer nuevos adeptos más allá de estancarse en las etiquetas con las que los conocimos.
En particular, Silversun Pickups, es uno los grupos que han hecho una carrera sólida y de gran aceptación por la crítica, fuera de resaltar el contraste entre las tenues voces temblorosas de Brian Aubert y atmósferas muy distorsionadas de la banda, las cuales se ha embarcado finalmente en un viaje más exuberante y más electrónicamente vibrante. Esta es una muestra de la mejor naturaleza del rock, la cual no requiere de un filósofo para poder explicar su existencia, basta con un amante de la música el cual se manifiesta en cada uno de nosotros.