A pesar de que no pueda presentarlo con un concierto en vivo, que está comprobado es su especialidad, la artista limeña Andrea Martínez lanzó su primer álbum de estudio ‘Drama’. Advertidos por los dos sencillos que lanzó anticipadamente, y con todos sus demás lanzamiento previos, suponíamos que nos esperaba un trabajo ecléctico y experimental. Podemos adelantar que así ha sido.
Y es que esta producción, disponible ya en las principales plataformas de streaming, llega como una propuesta con varias particularidades en su concepto y su forma. Va mucho más allá del pop ácido. Explora ambientes inhóspitos dentro del medio local y nos regala un drama que podemos disfrutar.
Desde el primer vistazo al tracklist podemos identificar algo interesante. El disco, compuesto por nueve pistas, se divide en 2 actos y cuenta con un intermedio. Remeda de esta forma a una obra teatral, un presunto drama. Sin embargo, contrario a lo que cualquiera podría suponer, no hay una historia, un hilo narrativo, que entreteja cada canción. Sucede que el álbum surgió como una selección de temas que Martínez tenía creados desde hace más tiempo.
Aún así, en ‘Drama’ encontramos un sentimiento, una emoción y hasta un concepto. «La palabra Drama viene de un verbo griego que significa “hacer/actuar”, así como también nos hace imaginar el género teatral y los conflictos naturales de vivir», dice la nota de prensa como una explicación para el peculiar formato. Y parece cierto. El disco es una cosecha de pesar, aflicción y amargura en un terreno rebelde que entrega frutos sabor a disconformidad: la tragedia debe superarse con esfuerzo.
En cuanto a las canciones, encontramos en cada una de ellas una producción atractiva. Más allá del trabajo en composición, que también tiene mucho mérito, las pistas destacan por agregados en consola. Algunos son descarados, como el sampleo de Lucha Reyes en «Bebidas heladas»; y otros son más sutiles, como aquella vocecilla en el coro de «Los frutos lloverán».
Y esos son solo algunos pocos ejemplos. Desde «Dragones», al inicio del álbum, hasta el final con «Otro error que no sé cómo resolver», el disco lleva aditamentos y capas que lo convierten en una aventura impredecible. Arturo Martínez, hermano de Andrea y productor de ‘Drama’, hace difícil imaginar con qué sonido podríamos encontrarnos después.
Desde otra perspectiva, y siendo muy quisquillosos, podemos ubicar un punto débil. Muchos de los elementos presentes los encontramos en famosas propuestas contemporáneas. Emulan casos exitosos y, por supuesto, resultan; pero nos remiten a propuestas mainstream y nos alejan de lo que podría ser la identidad singular de Andrea Martínez. Aún así, se entiende. Después de todo, se trata del primer álbum.
La variedad de estilos también impresiona. ‘Drama’ posee pasajes artificiales, con beats urbanos, sintetizadores y filtro. En otros momentos («Tú te lo pierdes» y «Adiós») retrocede en el tiempo y el groove y la onda disco toman protagonismo. Y no es todo, porque están también presente el formato acústico («Curar») y la fusión con música nativa del Perú, como los caporales («Los frutos lloverán»).
Un punto aparte es el intermedio, que podríamos interpretarlo como una pausa dramática. Su naturaleza, una suerte de microremix del cover de Susana Baca al tema «Anchor Song» de Björk, agrega fuerza y nostalgia al álbum. Punto muy a favor.
El veredicto
‘Drama’ destaca. Dentro del universo de propuestas dentro de Lima y Perú cuesta encontrar algo parecido. Se reconoce el esfuerzo en ideación, ejecución y producción por crear una obra completa y contundente. Incluso, más que eso, se aproxima mucho a ello.
Por otro lado, como primera entrega, cumple las expectativas y las eleva mucho más para lo que podría ser el siguiente álbum. Si ‘Drama’ es producto de la desdicha de Andrea, entonces esperamos que tenga un año lleno de adversidades.
Ok, eso no sonó bien, pero ustedes entienden.