El amor silenciado de Lou Reed: una musa transexual llamada Rachel Humphreys

Lou Reed y Rachel Humphreys

Lou Reed, llamado con justa razón padre del rock alternativo –o “yonqui del rock and roll”, según se mire– estuvo casado 3 veces. La primera, con Bettye Kronstad en 1968; luego con la diseñadora Silvia Morales desde 1980; y, finalmente con la artista Laurie Anderson en 2008, quien se convertiría en su compañera hasta el final de su vida en 2013.

Sin embargo, a mediados de los años 70, Lou Reed vivió una convulsionada historia de amor/desamor con Rachel Humphreys, una mujer trans que, en ese momento, tenía apenas 22 años. Este idilio pasó casi de la noche a la mañana de lo abiertamente público a ser uno de los pasajes más misteriosos de la vida del músico neoyorquino.

¿Cómo fue esta historia de amor? ¿Por qué, desde 1978, Lou Reed evitaba a toda costa siquiera mencionar el nombre de Rachel?

Rachel y Lou Reed en 1974

El flechazo inmediato

Lou Reed retrató en sus letras lo más sórdido del bajo mundo de Nueva York, incluido, en ese entonces, la vida nocturna de los transexuales de la Gran Manzana. De hecho, uno de sus temas más conocidos, “Walk on the Wild Side”, del disco ‘Transformer‘ (1972), trata sobre tres mujeres trans que formaban parte de la corte de Andy Warhol: Candy Darling, Holly Woodlawn y Jackie Curtis. Pero, después de conocer a Rachel Humphreys, nada volvió a ser igual.

Lou y Rachel se vieron por primera vez una noche de 1974 en el Club 82, un antiguo bar gay, muy cerca del mítico CBGB, que se había convertido en el nuevo lugar de moda desde el legendario concierto que dieron ahí, ese año, los New York Dolls. Rachel era una conocida drag queen del lugar, “muy femenina y simpática”, según describe la fotógrafa Eileen Polk en el libro “Please, Kill Me” (1996) de Legs McNeil y Gillian McCain

“Me caían bien las drag queens [del Club 82] pero Rachel, especialmente”, detalla en el libro.

Lo de Rachel y Lou Reed fue un flechazo a primera vista, si es que eso existe. En una entrevista de esos años para la revista Bambi, Lou habla de ese encuentro:

«Fue en un club nocturno en Greenwich Village. Había estado despierto durante días como de costumbre y todo estaba en esa etapa súper real y brillante. Entré allí y estaba esta persona increíble, esta cabeza increíble, que vibraba fuera de todo. Rachel llevaba este increíble maquillaje y vestido y obviamente estaba en un mundo diferente al de cualquier otra persona en el lugar. Finalmente hablé y ella vino a casa conmigo (…) Rachel estaba completamente desinteresada en quién era y qué hacía. Nada podría impresionarla. Apenas había escuchado mi música y no le gustó tanto cuando lo hizo».

El romance

Al poco tiempo de conocerse, ambos se mudaron al pequeño departamento del músico en Nueva York.  Él no dejaba de presumirla en público. Tanto fue así que Rachel aparece en la contra portada de su disco ‘Sally Can´t Dance‘ de 1974.

Contra portada del disco «Sally Can´t Dance» de 1974. Rachel aparece reflejada en las gafas de Lou Reed

Sin embargo, la cúspide de la relación de ambos se reflejó en el disco “Coney Island Baby” de 1976, con la mayoría de temas dedicados a Rachel. De hecho, es considerado uno de los discos “más románticos” del músico. Desde el track N° 1, “Crazy Feeling”,  es casi una carta de amor.

“Eres el tipo de persona con la que he estado soñando/ Eres el tipo de persona que siempre quise amar/ Y cuando te vi por primera vez, atravesaste la puerta de ese bar / vi que esos trajes y corbatas te compraban una bebida / Y luego te compré un poco más, tuve un … / Sé que tenías ese loco sentimiento”.

Además, la última parte de la canción que da nombre al disco menciona directamente a Rachel cuando menciona:

“Me gustaría enviar esto a Lou y Rachel / (…) lo juraría, dejaría todo por ti”

Desde 1975, Rachel acompañaba a Lou Reed en sus giras hasta convertirse en su road manager. Esto debido a que el músico la extrañaba cuando no estaba con él hasta el punto de «quedarse de madrugada con el teléfono descolgado para reanudar sus conversaciones apenas despertaran».

Rachel acompañó a Lou Reed en sus giras desde 1975, al punto de convertirse en su road manager

El fin de la relación

Al finalizar la gira de “Coney Island Baby”, Rachel fue atacada gravemente por unos asaltantes. Lou Reed buscó al mejor médico disponible para atenderla y aquí sucede un hecho curioso. Mientras el doctor se empeñaba en llamarla todo el tiempo con el pronombre femenino, Lou insistía en referirse a ella con pronombres masculinos. Esto pasaba de ser una simple anécdota; reflejaba los problemas que empezaba a tener la pareja.

Por un lado, Rachel insistía en hacerse una operación de reasignación de sexo; sin embargo, Lou se oponía rotundamente. Para Rachel era algo más que un cambio estético, era cerrar la puerta de una vez por todas a un viejo trauma que tenía desde la niñez ya que consideraba que su pene era demasiado pequeño. Por la otra parte, Lou insistía en la superficialidad de la operación al punto de que, en 1977, a puertas de la sala de cirugía, el músico la detuvo diciéndole: «Bueno, ¿por qué haces eso? Te amo por cómo eres”.

Con este conflicto a cuestas, la relación se extendió hasta 1978, año en que el músico lanza el álbum ‘Street Hassle‘, con la canción principal de más de 10 minutos dedicada a Rachel. De hecho, un artículo de Rolling Stone de la época se refería a ella como la razón de ser del álbum.

Lou y Rachel. En 1978, los conflictos de la pareja se hacían cada vez más constantes

Ese año, Lou Reed conoce a la que sería su segunda esposa, Silvia Morales, en un bar de la calle 8 de Nueva York. Ella era una conocida groupie del ambiente underground de la ciudad; sin embargo, ambos se enamoraron y apenas dos años después se casaron. Su matrimonio duraría más de una década.

A finales de 1978, también empieza el injusto silencio que el músico impuso sobre su otrora musa. En una entrevista, unas semanas antes de finalizar aquel año, Lou Reed se refiere por última vez a esta relación:

“Todos los álbumes que publique después de esto serán cosas que quiero publicar. No más estupideces, no más cabello teñido, viaje maricón de drogadicto. Me imito mejor que nadie, así que si todos los demás están ganando dinero estafando, creo que mejor me meto en eso. ¿Por qué no? Creé a Lou Reed. No tengo nada en común con ese tipo, pero puedo interpretarlo bien, realmente bien”.

Desde entonces, Lou Reed no volvió a hablar de ella.

Rachel después de Lou y viceversa

¿Y qué pasó con Rachel Humphreys? Después de Lou Reed, desapareció totalmente de la escena. Según se menciona en el libro “Notes From the Velvet Underground: The Life of Lou Reed”, del periodista Howard Sounes, aparentemente ella falleció el 30 de enero de 1990 en el Hospital Saint Clare de Manhattan, un nosocomio especializado en el tratamiento del SIDA, aunque no se sabe a ciencia cierta si esta fue la causa de su muerte.

A partir de 1978, Lou Reed nunca más volvió a referirse a Rachel en público

Quiérase admitir o no, Rachel Humphreys fue una influencia significativa no solo en el arte de Lou Reed sino en su propia vida, en un tiempo en que el músico era calificado por sus pares como “una zorra odiosa”. Ella le dio la valentía a Lou de asumirse en la práctica como el hombre bisexual que decía ser; logró que ambos brillaran en un ambiente en que constantemente se «caminaba por el lado salvaje».