Texto por Carlos Díaz
Tenía el estómago hecho fuego, había perdido a un par de amigos y estaba a punto de perder a otros más, Interpol había acabado con una muy buena presentación y dejaba el espacio para la destrucción que estaba a punto de comenzar, ya todos queríamos sacar esa ansiedad que llevábamos adentro.
Entre luces naranjas, el telón cayó y reflejó el infierno, Slipknot había comenzado y su furia inició con “People=Shit”. Todo el mundo enloqueció y efectivamente perdí de vista a mis amigos. De seguro no fui el único en esa situación. En el mar de movimiento me quedé solo, y no podía ser de mejor manera, al ritmo de “Unsainted”, “Before I Forget” (malditos pogos los que se armaron cuando sonaron esos riffs de guitarra), “The Heretic Anthem”, “Psychosocial”, “Vermillion”(pt1) “Wait and Bleed” “The Devil In”, “Duality” (¿Alguien más se sintió Shawn y recorrió desde la mitad del campo de pogo en pogo hasta la parte más delantera?) “Surfacing” entre otros temas retumbaron al estadio de San Marcos y la gente disfrutó realmente. Saltos, headbanging, patadas, gritos, caídas, levantadas en hombro, desmayos, cortes en las costillas, codazos, zapatos al aire, pedazos del falso piso desprendiéndose por todos lados y hasta me contaron que un niño fue levantado entre la audiencia. ¡Estaban viviendo la maldita experiencia!
El momento cumbre para mí, ese momento, ese minuto de contenerse y respirar profundo antes de la destrucción se dio en “Spit It Out” o también conocido como “Jump the fuck up” donde pude ver la bandera peruana orgullosa en el centro mientras todos conteníamos agachados las energías. Eso hasta que Corey empezaba a corear rápidamente y pues ya se imaginan. Incluso los más calmados se miraron los rostros y sabían que el momento había llegado. Slipknot, cuando todo el mundo alrededor se fue a la shit.
Slipknot regresará a Sudamérica en 2021 ¿Preparado?
