La vez que Red Hot Chili Peppers homenajeó a Guns N’ Roses pero terminó molestando a Axl Rose

A finales de los años 80, muy pocos conocían a los Red Hot Chili Peppers y mucho menos los veían como una banda de gran éxito para la década siguiente. Sin embargo, y por más curioso que sea, tras la muerte del guitarrista Hillel Slovak por sobredosis en 1988 y el retiro del baterista Jack Irons, la banda encontró un camino hacia la grandeza.

Y es que la adición del virtuoso guitarrista John Frusciante, de 18 años en aquel entonces, y del baterista Chad Smith cambió todo. La química entre los cuatro miembros de la banda fue perfecta y juntos crearon un sonido que los llevaría a convertirse en una de las bandas más grandes y duraderas de su generación.

Red Hot Chili Peppers – Mothers Milk - vinilos.pe

El éxito que llegó con el lanzamiento de ‘Mother’s Milk’, el cual vendió más de 500,000 copias en los EE. UU., catapulcó a los Red Hot en el mercado internacional. En esta etapa, la banda empezó a hacerse notar y no tuvo miedo de mostrar cuáles eran sus referencias.

Fue así que incluso hizo un guiño a Guns N’ Roses, los titanes del rock de aquellos años, con un tributo al riff de «Sweet Child O’Mine» al final de la canción «Punk Rock Classic». Sin embargo, el tributo no fue bien recibido por Axl Rose, quien lo consideró una falta de respeto. “Anthony trató de explicárselo a Axl, pero creo que cayó en saco roto”, contó Chad Smith a Classic Rock.

RHCP Argentina on Twitter: "Red Hot Chili Peppers junto a Axl Rose de Gun's N  Roses https://t.co/mFamyQzqEE" / Twitter

A pesar de eso, Red Hot Chili Peppers logró su primer éxito de carrera y nunca miraron atrás. Según Chad Smith, «Tenemos cuatro tipos en el universo que terminaron estando en Los Ángeles al mismo tiempo, y realmente eso fue todo».

El productor Michael Beinhorn fue una pieza clave que ayudó a la banda a producir varias de las mejores canciones de su carrera y juntos crearon su cuarto álbum, ‘Mother’s Milk’, que se convirtió en su mejor disco hasta el momento. La combinación del rock duro de Smith y los licks de blues-funk de Frusciante llevó la música de la banda a otro nivel.

Del mismo modo, la inclusión de melodías de rock convencionales en el álbum transportó su sonido más allá de sus orígenes. Como escribió Mick Wall en Classic Rock: «Cuando RHCP rockeaba ahora, estaban a la altura incluso de GN’R».